Abre los ojos
¿Acaso somos conscientes de lo que nos rodea? No, a menos que lo hayamos sufrido.
El dolor, la miseria, la soledad, etc. existen, son reales, pero si no los padecemos caemos en la indiferencia y no apreciamos la verdad de este mundo.
Nadie quiere la desesperación, pero la hacemos posible con nuestro egoísmo y nuestra escasa reflexión sobre las cosas. Nos decidimos por lo fácil y no nos paramos a pensar que ansiamos lo que no necesitamos creyéndolo imprescindible, no siendo conscientes de que a la vuelta de la esquina hay alguien que puede vivir con muchísimo menos de lo que nosotros tenemos. Cerramos los ojos para no ver el mundo real y nos mentimos a nosotros mismos para no sufrir.
Nadie quiere la desesperación, pero la hacemos posible con nuestro egoísmo y nuestra escasa reflexión sobre las cosas. Nos decidimos por lo fácil y no nos paramos a pensar que ansiamos lo que no necesitamos creyéndolo imprescindible, no siendo conscientes de que a la vuelta de la esquina hay alguien que puede vivir con muchísimo menos de lo que nosotros tenemos. Cerramos los ojos para no ver el mundo real y nos mentimos a nosotros mismos para no sufrir.
Seguramente la mujer de la foto sufre una enorme aversión a su modo de vida, pero no tiene a quién transmitir su tristeza, el mundo le da la espalda y su única compañía es esa vieja y sucia revista que tiramos porque no era de nuestro agrado.
Carmen B.