MISERIA GRIS
Detalles que conviven día a día con nosotros como el lujo exagerado, los caprichos innecesarios a los que nos acostumbramos y acomodamos como algo habitual en nuestra vida y que debiéramos suprimir son pequeñas alertas que a veces no nos llegan a tiempo o no las escuchamos lo suficientemente alto. Nos acostumbramos a escuchar su ruido como parte de nuestra vida sin implicarnos.
Debemos mirar más allá de nosotros mismos pensando que somos privilegiados ante aquellos que carecen de lo más básico: agua, luz y un largo etcétera y que con pequeños gestos podemos contribuir a que seamos más justos, y más humanos. Nuestro alrededor es precioso y todo lo grande que queramos, si sabemos cómo compartir nuestro pequeño mundo ayudando a los demás.